No-monogamia Consensuada: Mesa para más de dos, por favor.

Admitámoslo: nos enamoramos, tenemos fantasías sexuales, y a veces queremos hacer algo con todo esto – aún si esos enamoramientos y fantasías sexuales no son con nuestras parejas románticas actuales. La mayoría de las veces ignoramos estos enamoramientos y nuestras fantasías quedan sin cumplir.  Para algunxs, el engaño parece una opción. Sin embargo, para otrxs, está todo bien si se quieren perseguir estos enamoramientos y fantasías fuera de una relación. Bienvenidxs al movimiento emergente para reescribir las reglas del romance: la no-monogamia consensuada.

 

¿No-monogamia consenssuuaaaqqqueeee?

La mayoría de nosotrxs desea (y tiene) “a una y una sola” – esa persona que nos “completa” en todos los sentidos. La humanidad tiende a ser monogámica serial, yendo de una relación sexual y románticamente exclusiva a otra (Pinkerton y Abramson, 1993). Sin embargo, en las relaciones no-monogámicas consensuadas, la gente puede tener varias “una y una sola”, o por lo menos más de una pareja sexual – y no se considera esto como engaño. De hecho, según encuestas investigativas hechas por la Universidad de Michigan, aproximadamente 4-5% de las personas adultas de Norteamérica, cuando se les da la opción de describir su relación, indican que practican la no-monogamia consensuada (NMC; e.g., Swinging, relación abierta, poliamor; Conley, Moors, Matsick y Ziegler, 2013; Rubin, Moors, Matsick, Ziegler y Conley, en la prensa). A diferencia de la gente en relaciones monogámicas, quienes practican la NMC acuerdan sobre las reglas de sus relaciones con anticipación, y permiten que quienes participan tengan relaciones románticas y/o sexuales con otra gente. Por lo tanto, la NMC se distingue de la monogamia de tal manera que todas las partes involucradas están de acuerdo en tener alguna forma de relación romántica y/o sexual extra-diádica.

Pero, puede que estés pensando, ¿no es eso engañar? Bueno, no exactamente. La gente difiere en qué tipos de conductas consideran meter los cuernos (Kruger et al., 2013). La mayoría de la gente considera que le metés los cuernos a tu pareja si se tienen relaciones sexuales con alguien fuera de la relación, pero algunas personas también consideran actividades más benignas y ambiguas con otrxs (e.g., tomarse las manos, abrazos prolongados, contarse chistes) como formas de engaño. Sin embargo, la NMC ofrece un giro completamente distinto al comportamiento extra-diádico. Al negociar activamente qué comportamientos son aceptables tener fuera de una relación diádica

(o al momento de salir de una de estas), los individuos que participan de la NMC puede que se preocupen menos sobre si un acto es considerado o no como engaño – siempre y cuando todas las parejas estén de acuerdo en que el comportamiento es aceptable. De hecho, los individuos en relaciones NMC no sienten tan fuertes las angustias de los celos  como los individuos monogámicos (Jenks, 1985) y a menudo se ponen felices cuando sus parejas entablan relaciones con otras personas (Ritchie y Barker, 2006).

¿Quién le da cabida a la NMC?

Y surge la pregunta, ¿hay un cierto “tipo” de persona que desea la NMC? Ciertos rasgos de personalidad predicen cómo se comporta una persona con sus relaciones de varias maneras. Por ejemplo, si tiene una tendencia a creer que no se puede confiar en otra gente, es seguro que va a experimentar celos en sus relaciones. En cuanto a preferir las NMC, ¿acaso la gente que evita los compromisos y prefiere las relaciones casuales (conocida como de apego evitativa) prefiere la NMC? Y, ¿acaso la gente que siente extrema celosía y se preocupa constantemente de que su pareja le deje por alguien más (conocida como de apego ansioso) se asusta de la idea de practicar la NMC?

Para responder a estas preguntas, nosotrxs (Moors, Conley, Edelstein, & Chopik, 2014) le pedimos a 1281 personas heterosexuales que nunca practicó la NMC que nos hablen de las inquietudes y cómo evitaban en sus relaciones tener actitudes que llevasen a la NMC (e.g., “Si mi pareja quisiera ser no-monogámica, estaría abiertx a ello”), y la disposición a participar de la NMC (e.g., “Vos y tu pareja”: “van juntxs a fiestas swinger donde se intercambian las parejas por esa noche”; “aceptan a una tercer persona en la relación en términos equitativos”). Así como deben estar pensando, encontramos que las personas que eran altamente evitativas estaban a favor de más actitudes positivas hacia la NMC y estaban más dispuestas a tener (hipotéticamente) este tipo de relaciones. Aun más, la gente altamente ansiosa tenía más actitudes negativas hacia la NMC; sin embargo, la ansiedad no tenía relación alguna con el deseo de tener este tipo de relaciones, quizás reflejando la idea ambivalente de intimidad que la gente ansiosa tiene (Allen & Baucom, 2004). Por lo tanto, parece ser que la gente evitativa está más abierta a la NMC (Esto es, tanto al swing como al poliamor) pero la gente ansiosa no.

Si bien la gente evitativa parece estar a favor de las relaciones NMC, ¿es más probable que realmente estén en relaciones NMC antes que en una relación monogámica? En otro estudio, encontramos que la gente en relaciones NMC reportaban ser menos evitativas en comparación con la gente en relaciones monogámicas (Moors, Conley, Edelstein, et al., 2014). Sin embargo, la ansiedad no difería entre gente en relaciones NMC y monogámicas. Esto significa que la gente evitativa decía estar más dispuesta a tener relaciones NMC pero, a la larga, la gente en relaciones NMC era menos evitativa. Estos hallazgos sugieren que la gente puede demostrar seguridad en apegarse (i.e., bajos niveles de evitabilidad) sin ser sexualmente exclusiva.

¿Cómo se relacionan otras características de personalidad a la apertura a la NMC? Entre las minorías sexuales, quienes tienden a tener imaginaciones activas, una preferencia por la variedad y una inclinación por tener nuevas experiencias (i.e. altas en apertura, un factor del Modelo de los Cinco Grandes) tenían más actitudes positivas hacia la NMC y mayor predisposición en tener estas relaciones (Moors, Conley & Selterman, 2014). Por otro lado, las personas que tendían a ser muy organizadas, cuidadosas e impulsadas por el éxito (i.e., altas en Responsabilidad) perciben negativamente la NMC y tienen menos deseo de iniciar este tipo de relaciones. Entonces, la personalidad se relaciona en formas que esperarías: La gente en busca de aventuras y atraída por nuevas experiencias dice que le gustaría tener relaciones NMC. La gente concienzuda tiende a apegarse a actitudes más convencionales, lo cual explicaría por qué están menos dispuestas a la NMC. Además de los rasgos de personalidad, hay otros factores relacionados a la apertura de las personas hacia la NMC. Por ejemplo, algunas investigaciones sugieren que los hombres homosexuales tienden más frecuentemente a la NMC en comparación a otros grupos sociodemográficos; sin embargo, estimativos de cuán involucrados en la NMC está este grupo va de 30% a 70%, así que la prevalencia exacta no es muy clara (Bryant & Demian, 1994; Campbell, 2000; LaSala, 2005). En un estudio reciente, encontramos que las minorías sexuales femeninas desean la NMC tanto como las minorías sexuales masculinas y desean tener NMC (Moors, Rubin, Matsick, Ziegler & Conley, a prensa)- mostrando que no son sólo los hombres homosexuales que tienen un interés por este tipo de relaciones. En sumatoria, las relaciones NMC apelan a varios grupos de individuos. Estar al tanto de la personalidad, de las preferencias de unx mismx y de las de tu pareja puede ayudar a tomar decisiones con respecto a la NMC.

Pero, ¿satisface la NMC? ¿Qué onda con los celos?

La gente a menudo cree que tener una pareja monogámica puede protegerles de los celos y la inseguridad de manera que la NMC no puede (Conley, Moors, Matsick, et al., 2013). Parece ser que la gente en relaciones NMC pueden experimentar celosía extrema, dado que navegan múltiples relaciones románticas y/o sexuales. ¿No sentirías rechazo si tu pareja eligiera pasar la noche con otra persona? Sin embargo, la gente en relaciones NMC reporta mostrar altos niveles de confianza, honestidad, intimidad y satisfacción así como niveles relativamente bajos de celos en sus relaciones (Barker, 2005; Bonello & Cross, 2010; Cole & Spaniard, 1974; de Visser & McDonald, 2007; Jenks, 1985; Kurdek, 1988; Ritchie & Barker, 2006). Por lo tanto, la gente en relaciones NMC puede tender menos a “anotar” el tiempo que pasan juntxs contra el que pasan separadxs y de hecho disfrutan pensar en que sus parejas pasen tiempo con otra gente. Teniendo esto en cuenta, parece que las ventajas asumidas de tener una pareja son, de hecho, para nada ventajosas si se las ve en un rango más amplio de tipos de relaciones.

¿Y la familia?

Para mucha gente, el beneficio más básico de la monogamia está en cómo lleva a formar una familia. Específicamente, cierta gente argumenta que les niñes son mejor cuidades por un padre y una madre (véase Clarke, 2000). Sin embargo, padres en relaciones NMC parecen beneficiarse del proverbio “Se necesita un pueblo entero para criar a une niñe”. Algunas personas en relaciones NMC involucran a todas o algunas de sus parejas en la vida de sus hijes, ya sea a través de roles compartidos o de co-paternidad. (Pallota-Chiarolli, Haydon & Hunter, 2013). Además, La investigación de Sheff (2010, 2011) encontró que les niñes de padres poliamorosos experimentan niveles similares de intimidad emocional con sus padres en comparación con niñes con padres monogámicos. Les hijes de los padres poliamorosos también mencionaron que disfrutan recibir atención de toda una variedad de adultos y compartir un rango diverso de intereses y actividades con adultos en sus vidas. Es más, los padres en relaciones poliamorosas se dieron cuenta que sus hijes podían pasar menos tiempo en una guardería. Sin embargo, los padres poliamorosos sí mencionaron algunas desventajas; Por ejemplo, sus hijes extrañaban a los adultos (e.g. co-padres) cuando desaparecían después de cortar la relación. Esto es algo que ya experimentan les niñes de parejas monogámicas cuando éstas se divorcian o se separan.

¿Y la salud sexual?

Mucha gente aspira a la monogamia pero encuentra que es desafiante implementarla; esto es, se les hace difícil mantenerse fiel y enamorada de una persona por gran parte de su vida. No es joda, las parejas comúnmente hacen terapia por infidelidades sexuales (Whisman, Dixon & Johnson, 1997). La infidelidad en las relaciones monogámicas incrementa el riesgo de ETS debido a que los encuentros sexuales externos se mantienen en secreto y les infieles son de tomar menos medidas de protecciones al garchar (Conley, Moors, Ziegler & Karathanasis, 2012). Y aún así, es descomunal la cantidad de gente que cree que las relaciones monogámicas están libres de enfermedades, percibiendo a las personas en relaciones NMC como más propensas a ser propagadoras de venéreas (Conley, Moors, Matsick, et al., 2013).

La monogamia puede ser un plan a prueba de boludes para parar la circulación de ETS’s. Sin embargo, la monogamia es sólo efectiva siempre y cuando ambas partes den negativo en un exámen de venéreas al principio de la relación y se mantengan fieles sexualmente durante toda la relación. Dado que la infidelidad sexual es común, y el riesgo de contraer una ETS incrementa cuando la persona tiene más de una pareja sexual, examinamos comportamientos de sexo seguro entre dos grupos de gente que tenían múltiples parejas sexuales: individuos sexualmente infieles (quienes tenían relaciones monogámicas y admitían meterle los cuernos a sus parejas) e individuos en relaciones NMC. Encontramos que era menos probable que los individuos sexualmente infieles, en comparación con el otro grupo, usaran forro y otras barreras durante sus encuentros extra-diádicos, le contaran a su pareja “monogámica” sobre el encuentro y se hicieran examinar por ETS (Conley, et al., 2012). Los individuos sexualmente infieles también eran más propensos a cometer errores a la hora de usar forro (e.g. ponérselo mal) que los individuos en relaciones NMC en sus encuentros sexuales extra-diádicos más recientes (Conley, Moors, Ziegler, Matsick & Rubin, 2013). Adicionalmente, era menos probable que los individuos sexualmente infieles implementaran estrategias de sexo más seguro con sus parejas “Monogámicas” que individuos en relaciones NMC (y por lo tanto, poniendo a su pareja monogámica en riesgo).

Así que asumir que la monogamia es segura y libre de enfermedades es algo tenue. La gente que se identifica como monogámica pero termina metiéndole los cuernos a la pareja usa protección con menor frecuencia e inapropiadamente. Sin embargo, la gente en relaciones NMC a menudo tienen un diálogo abierto sobre con quién garchan y son más propensas a usar protección efectivamente. Estos hallazgos sugieren que entre la gente que tiene sexo extra-diádico, la NMC puede proveer una vía más segura para la expresión sexual que la infidelidad sexual.

¿Mientras más, mejor?

Tomadas en conjunto, las relaciones NMC pueden ser alternativas viables y exitosas a las concepciones más tradicionales de la monogamia. Las relaciones NMC se caracterizan por el diálogo abierto y la comunicación sobre incluir parejas románticas y/o sexuales múltiples en la vida de una persona. Hay gran variedad de prácticas relacionales en todo el mundo (Schmitt, 2005), y lo que la gente considera “normal” (la monogamia) en su grupo social puede que no sea necesariamente la mejor práctica para todes. Parece que la NMC lleva beneficios únicos que son menos comunes en la monogamia, incluyendo variedad sexual, redes sociales extensas, sentimientos de compersión (una emoción descrita como lo opuesto a los celos), y crecimiento personal (Schechinger & Moors, 2014). Además, las personas en relaciones NMC reportaban que eran felices, estaban satisfechas, comprometidas y enamoradas (de Visser & McDonald, 2007; Jenks, 1985; Ritchie & Barker, 2006). Sin embargo, la NMC ciertamente no viene sin desafíos, especialmente dado el miedo de ser estigmatizade por el tipo de relación no-normativa que se tiene (Moors, Matsick, Ziegler, Rubin & Conley 2013). Por lo tanto, los potenciales “Costos” y “beneficios” de la NMC deben pensarse en base a qué le aporta a la persona y a la pareja.

Dado que el estudio científico de la NMC es un cuerpo emergente en lo académico, hay evidencia empírica limitada sobre la mejor manera de “Abrir” una relación monogámica. Para quienes están considerando algún tipo de arreglo NMC, existen ciertos libros populares “DIY” a tener en cuenta, como The Ethical Slut (Easton & Hardy, 2009) , Rewriting the Rules (Barker, 2013), y Opening Up (Taormino, 2008). Quienes sean investigadores: examinen las estrategias comunicacionales, armado de horarios y otros aspectos relacionales asociados con hacer la transición de una relación monogámica a una no-monogámica consensuada. Y también, si te encontrás (o conocés) a alguien en una relación NMC, no asumas que es infiel, une ganadore, o que no tiene una relación sana – solo porque son abiertamente no-monogámicas con su pareja(s).

Obvio, la NMC no es para todes. No decimos que la gente que esté en relaciones monogámicas que han funcionado muy bien por mucho tiempo debería dejar de estar en ellas. Pero por lo menos sugerimos que aunque la gente no quiera abrir sus relaciones románticas a otras personas, deberían examinar y pensar en sus propias metas, deseos, y límites respecto a la monogamia. Por ejemplo, les científiques recientemente han argumentado que la gente espera mucho de sus parejas románticas pero, a su vez, invierten menos tiempo en sus relaciones – lo cual puede explicar las altas tasas de divorcio (Finkel, Hui, Carswell & Larson, 2014). Por lo tanto, pensamos que es importante para quienes están en relaciones monogámicas que discutan periódicamente los acuerdos de la monogamia (e.g., qué consideran infidelidad emocional o física); estas conversaciones pueden llegar a deshacerse de los conflictos asociados con la infidelidad percibida. En un artículo nuestro reciente, Conley y Moors (2014) sugieren diferentes maneras de que hasta la gente en relaciones monogámicas pueda aplicar principios de la NMC a sus relaciones con efectos productivos.

 

En vista de esta evidencia, nosotres, como psicólogues básiques y aplicades, tenemos el potencial de reducir el estigma de las relaciones NMC y dar pie a conversaciones constructivas sobre estilos relacionales alternativos. Como estamos hoy en día, las preferencias y elecciones puede que hayan dado paso a la tradición. El diálogo abierto sobre las elecciones relaciones da esperanzas de un futuro donde la monogamia no es el estado predeterminado; en vez de eso, que los arreglos relacionales puedan elegirse basados en las inclinaciones personales y el planeamiento. Actualmente, no hay investigaciones examinando si el participar de la NMC es una orientación (identidad) o un conjunto de comportamientos y elecciones relacionales; es por esto que alentamos a quienes quieran investigar en este área perfecta para estudios futuros. Al final, lo importante es que entendamos que la monogamia puede que no sea para todas las personas ni el refugio seguro que las investigaciones anteriores implican.

Referencias

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Fuente:http://www.in-mind.org/article/consensual-non-monogamy-table-for-more-than-two-please

Traducción:Arachno Boris

Revisión:Frasco

Edición:Dylan Selterman; DemonWeb

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